domingo, 24 de febrero de 2019

Corsendonk Summum Rood Bruin 8

La Corsendonk recibe su nombre por el priorato del mismo nombre ubicado en tierras belgas, fundado en 1398 que disponía de una maltería y cervecería de prestigio. Los monjes de la abadía de Corsendonk, eran originarios en un comienzo de una orden Suiza, y no sólo se dedicaban a elaborar la cerveza, sino que eran conocidos por ser buenos copistas y maestros de latín. En el año 1784 el emperador austríaco Joseph II, que no estaba demasiado interesado en estas actividades contemplativas y de enseñanza de los monjes, decidió clausurar el monasterio, y en 1789 las propiedades del mismo fueron confiscadas tras la revolución francesa. Desde el siglo XIX en adelante, la tradición cervecera de la abadía de Corsendonk, fue continuada por Florentinus Keersmaekers, siendo la cerveza Pater, la primera de las producidas por la nueva cervecera. En 1982, la imagen de la marca Corsendonk de cervezas, fue presentada por vez primera por la empresa Keersmaekers en Oud-Turnhout, una antigua fábrica de cerveza que se había convertido en un minorista. A partir de entonces las cervezas comenzaron a ser producidas en otras plantas pertenecientes a otras compañías, como la belga DuBocq, que es precisamente la que fabrica la Corsendonk Agnus, y la Pater, que son las dos variedades más conocidas de entre las que oferta.

 
A la vista aparece una capa gruesa de espuma y una cerveza de color marrón rojizo brumoso.  Los aromas son a manzana y a caramelo, y los sabores son a caramelo y chocolate, aunque al final me vuelve un regusto a manzana. Una cerveza muy equilibrada, fácil de beber y que no tiene ni fechas en el calendario, ni horas en el reloj.


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