Al principio, cuando lees que es una west coast y que tiene 6,5% de volumen de alcohol, no piensas ni mucho menos que los 40 IBU's vayan a ser tan importantes en el momento de la degustación. Si, de acuerdo, es una cerveza ecológica, la recomendación es beberla entre 8 y 10°, pero de ahí a esta Poppels, que no tiene prácticamente olor, sabor y mucho menos, retrogusto que te haga pensar que te estás tomando una costa oeste.
La cerveza es dorada pálida con una buena espuma. En el aroma hay tonos de miel pero sobre todo fruta no se distinguir si es melocotón, mango, albaricoque o plátano. El lúpulo es mosaic y contribuye con sus cualidades afrutadas, sin que se haya convertido en una parte importante del olor, sabor o final en boca.
Detrás de esos tonos hay una estera de fruta exótica y tonos claros de barriles de pino. Una ligera dulzura eleva el frutado antes de que el sabor se redondea suave. Ligero y muy descarado en golosinas, sin lujos. Un IPA que es muy fácil de degustar, demasiado fácil diría yo.
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